Somos las Carmelitas Descalzas de Viedma, nuestra vida la dedicamos a la contemplación
de los misterios divinos. Acompañamos desde la oración y con toda nuestra vida
a Jesús nuestro Esposo, en una vida sencilla, pobre y humilde. Nos retiramos
del mundo para dar a la oración la primacía, una oración que se hace en un
trato amoroso de amistad con quien sabemos nos ama. Una oración que requiere no
solo tiempo, sino vida…obras, del crecimiento de las virtudes, del abajamiento,
del dejar a Dios el centro. De una confianza absoluta en su misericordia, en su
infinito amor, de un hacernos pequeñas en sus manos, de confiar que cada acto
de amor, que realizamos y entregamos es fuente de gracia para nuestros
hermanos.
Creemos en la fuerza absoluta del amor, de la entrega, en un Dios Padre
que no nos necesita para su obra pero que sin embargo cuenta a cada instante
con nosotras, con ustedes.
No estamos ajenas a sus necesidades, a la de cada hombre que consideramos nuestros hermanos, vibra nuestro corazón por cada uno, queremos que todos lleguen a sentir lo hermoso que es ser hijos muy amados de Dios. Nuestras oraciones, nuestras renuncias y cruces se ofrecen por ello, por la Iglesia, por los sacerdotes, por los misioneros, por los que comprometen su vida en la extensión del Reino. Por aquellos que luchan por la justicia y la paz, por los que sufren y están olvidados, por los enfermos, por los que no tienen fe. En nuestro corazón orante todos tienen lugar.
No estamos ajenas a sus necesidades, a la de cada hombre que consideramos nuestros hermanos, vibra nuestro corazón por cada uno, queremos que todos lleguen a sentir lo hermoso que es ser hijos muy amados de Dios. Nuestras oraciones, nuestras renuncias y cruces se ofrecen por ello, por la Iglesia, por los sacerdotes, por los misioneros, por los que comprometen su vida en la extensión del Reino. Por aquellos que luchan por la justicia y la paz, por los que sufren y están olvidados, por los enfermos, por los que no tienen fe. En nuestro corazón orante todos tienen lugar.
Vida de oración que nos hace solidarias, alegres, sencillas y confiadas
en aquel que nos llamo sólo para amar.
Nuestra Madre Teresa de Jesús nos enseño “Determiné hacer esto poquito que era en mí que es seguir los consejos
evangélicos con toda la perfección que yo pudiere y procurar que estas poquitas
que están aquí hiciesen lo mismo...”.
Se
pueden comunicar con nosotras a: Carmelosjyst@gmail.com.
Nuestro
celular: 02920 15 400 401